No hay quien nos pare, los socios nos hemos cargado la tercera ruta, casi sin enterarnos. El camino de los Prados nos ha llevado hasta
Garbín, la torre que algún día fue, y hoy no es. Y no es porque apenas un montón de piedras y tierra indica el lugar donde hace más de quinientos años, los lugareños se refugiaban cuando el enemigo le ponía la cosa difícil. Después nos hemos dado el gustazo de hacer un trayecto por la
Vía Hercúlea, no hemos visto cuádrigas ni romanos, pero nos hemos transportado por unos momentos al siglo I a.c. ,cuando Axterix y Obelix, recorrían nuestros caminos corriendo detrás de las tropas del César. Y pa terminar de pasmarnos, los grandes y peligrosos agujeros que se utilizaban para limpiar y sacar agua de los
Qanats, conducciones subterráneas de agua, y que según me han contado,se hicieron en el S.XIX, con destino a la
Colonia , dignos de ver. Al regreso, la
Torre Espinosa, una de las más interesantes de la comarca. La lástima, el estado en que se conserva, casi rodeada de escombros, algo no propio de un Bien de Interés Cultural. Qué le vamos a hacer, si estuviera en el centro de Madrid, sería un monumento de obligada visita.
Socios, cuidaros durante esta semana, porque la del domingo, si las circunstancias no lo impiden,
tiene manteca, un
subibaja, de trece kilómetros hasta la falda del cerro Jabalcón. Si os consuela, por ese camino discurren los devotos de la virgen de la Cabeza cuando van al cerro. Pues que la virgen, o los dioses del Olimpo, nos ayuden.
No hay quien nos pare, los socios nos hemos cargado la tercera ruta, casi sin enterarnos. El camino de los Prados nos ha llevado hasta Garbín, la torre que algún día fue, y hoy no es. Y no es porque apenas un montón de piedras y tierra indica el lugar donde hace más de quinientos años, los lugareños se refugiaban cuando el enemigo le ponía la cosa difícil. Después nos hemos dado el gustazo de hacer un trayecto por la Vía Hercúlea, no hemos visto cuádrigas ni romanos, pero nos hemos transportado por unos momentos al siglo I a.c. ,cuando Axterix y Obelix, recorrían nuestros caminos corriendo detrás de las tropas del César. Y pa terminar de pasmarnos, los grandes y peligrosos agujeros que se utilizaban para limpiar y sacar agua de los Qanats, conducciones subterráneas de agua, y que según me han contado,se hicieron en el S.XIX, con destino a la Colonia , dignos de ver. Al regreso, la Torre Espinosa, una de las más interesantes de la comarca. La lástima, el estado en que se conserva, casi rodeada de escombros, algo no propio de un Bien de Interés Cultural. Qué le vamos a hacer, si estuviera en el centro de Madrid, sería un monumento de obligada visita.
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