Veníamos diciendo desde hace algún tiempo que el final de la temporada andarina tenía que ser sonada. Dicho y hecho, el veintinueve de junio, a las 7:00 de la mañana iniciamos la caminata desde Baza hasta la
Fuente del Pino, en el corazón de la Sierra de Baza. Los primeros compases, por la Ribera, hasta los llanos del Parral transcurrieron sin enterarnos, pero la subida de la
Cuesta de Barea o Cuestabermeja, hizo mella en la expedición, ya que el sol comenzaba a apretar y la subida no daba tregua.A partir de ahí se inició un descenso y elegimos un lugar agradable para hacer un alto en el camino y reponer fuerzas. El paso por el
Cortezú hizo que nos detuviésemos ante la plantación de cerezos que estaban en todo su esplendor, aunque una valla nos impidió probarlas, que le vamos a hacer.Entre pinos y cerezos silvestres, que ya si probamos, nos fuimos acercando a nuestro objetivo. Llegamos en unas cuatro horas aproximadamente y el recuerdo de la acampada que hicimos allí hace tropecientos años, nos devolvió casi a nuestra juventud, que no hemos abandonado. Las
secuoyas del lugar son magníficas y después de un pequeño paseo por los alrededores.Sólo nos quedaba esperar el vehículo que nos tenía que recoger, apareció a la hora acordada, aprovecho para hacer publicidad de autobuses
Serafín Corral, por el buen servicio y por el buen precio.Lo tendremos en cuenta.Destacamos el ritmo que desarrolla ya el grupo de andarines, que poco a poco va enfrentándose a rutas de más dificultad, la segunda temporada ha sido gratificante, y el buen ambiente que hemos creado hace que las caminatas nos permitan disfrutar, además del ejercicio físico, de una excelente oportunidad de gozar de una buena compañía. Una vez en Baza y como es norma,
a las dos en el abrevadero, en este caso en el Bancal, donde nos esperaba el resto de amigos y pudimos recuperar toda la energía perdida.
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