Cuatro horas de paseo con el primer frío invernal del año. Las aguas del pantano del Negratín al fondo animan para ir en busca de la torre Nazarí de Maruq del S.XIII que se alza sobre el Guadiana Menor y que en su día sirvió para vigilar las incursiones a los castillos de Freila y Zújar. Los caminantes, dispuestos a no perderse entre barrancos, con mapa en mano y el rumbo marcado nos hemos dirigido a nuestra meta. Bajo la atenta mirada de un puñado de burros que a saber qué preguntas se han hecho al vernos pasar y con la sorpresa de encontrar cientos de setas, supongo que venenosas, entre los pinares verdes, como dice la canción, hemos alcanzado la torre. Durante la marcha, algunas senderistas han dado muestras de su buena forma, subiendo y bajando cuestas como verdaderas “todoterreno” amenazando seriamente el liderato que ostenta Piedad, lo que hace predecir una temporada competitiva de cara al gran premio de final de curso. A falta de Ángeles runruneando en la retaguardia, Tello la ha sustituido poniendo en duda la “sagacidad” y la “pericia” del pelotón cabeza en eso de descubrir nuevas rutas. Los satélites que mandan información a los GPS y que seguro nos siguen los domingos por la mañana se deben de descojonar al ver el gráfico de nuestros recorridos, donde la teoría de que “la distancia entre dos puntos es la línea recta”, nos la pasamos por el arco de triunfo. Entre “subibajas” y caminos inciertos hemos visto Freila a lo lejos, lo que nos ha confirmado que por mal que fueran las cosas, una vez más estaríamos A las dos en el abrevadero, como así ha sido. Unas cuantas cuestas al llegar al pueblo y vuelta a Baza. Más/menos trece kilómetros de caminos, veredas, barrancos, ramblas, etc. y después de todo, y aunque era repesca ..¡¡torre conseguida¡¡¡.
Comentarios
Publicar un comentario