Olé, Olé y Olé por los andarines de
A las dos en el abrevadero. Todas y todos sin distinción han dado un ejemplo de pundonor, valentía y juventud. Una ruta durísima que ha incluido
la Cuesta de Barea, o Cuesta Bermeja (La madre de todas las cuestas, que diría el amigo Joaquín Guadix) hasta llegar al
Cortijo de Barea, el único que se ve cuando miramos a la Sierra desde cualquier lugar de Baza, ese puntito blanco al que parece que no se puede llegar. Una veintena de andarines hemos machacado camino durante más de cuatro horas por el llano y por la sierra y nos hemos cargado más de diecisiete kilómetros. El sol y la dureza del terreno han hecho de ésta una de las rutas más duras de la temporada, aunque haya sido de las primeras, pero ante esa dificultad el comportamiento de los andarines, cada uno a su ritmo, no ha podido ser mejor. La Cuesta de Barea, el sendero entre chaparros autóctonos de nuestra sierra y el pequeño descanso en el Cortijo de Barea con "Aquarius" incluido, para posteriormente bajar por el
Barranco de la Fábrica del Rey hasta llegar de nuevo a los
Llanos del Parral, todo un ejercicio de dureza con el sol implacable de este verano tardío. Pero bueno, todo no son penas, al final unas merecidas cervezas y un rato de relajación han hecho que las piernas se recuperen rápidamente, aunque esta tarde más de uno cogeremos el sillón y lo "haremos pedazos". Esta ruta nos demuestra una vez más que "a cuatro pasos" de Baza tenemos lugares y paisajes excelentes y que merece la pena descubrir, redescubrir y patear. Olé nuestra tierra.
Olé, Olé y Olé por los andarines de A las dos en el abrevadero. Todas y todos sin distinción han dado un ejemplo de pundonor, valentía y juventud. Una ruta durísima que ha incluido la Cuesta de Barea, o Cuesta Bermeja (La madre de todas las cuestas, que diría el amigo Joaquín Guadix) hasta llegar al Cortijo de Barea, el único que se ve cuando miramos a la Sierra desde cualquier lugar de Baza, ese puntito blanco al que parece que no se puede llegar. Una veintena de andarines hemos machacado camino durante más de cuatro horas por el llano y por la sierra y nos hemos cargado más de diecisiete kilómetros. El sol y la dureza del terreno han hecho de ésta una de las rutas más duras de la temporada, aunque haya sido de las primeras, pero ante esa dificultad el comportamiento de los andarines, cada uno a su ritmo, no ha podido ser mejor. La Cuesta de Barea, el sendero entre chaparros autóctonos de nuestra sierra y el pequeño descanso en el Cortijo de Barea con "Aquarius" incluido, para posteriormente bajar por el Barranco de la Fábrica del Rey hasta llegar de nuevo a los Llanos del Parral, todo un ejercicio de dureza con el sol implacable de este verano tardío. Pero bueno, todo no son penas, al final unas merecidas cervezas y un rato de relajación han hecho que las piernas se recuperen rápidamente, aunque esta tarde más de uno cogeremos el sillón y lo "haremos pedazos". Esta ruta nos demuestra una vez más que "a cuatro pasos" de Baza tenemos lugares y paisajes excelentes y que merece la pena descubrir, redescubrir y patear. Olé nuestra tierra.
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