Rutas por la comarca de Baza: Cortijo de la Puerca, Castril.

Cortijo de la Puerca

El barranco de la Osa y el cortijo de la Puerca en Castril, se pueden visitar siempre, pero poder hacerlo con llovizna, nieve y niebla sólo de vez en cuando, y hoy ha sido un día en el que lo hemos podido disfrutar así. No hemos dudado en hacerlo a pesar de los problemas que nos daba el tiempo, y los senderistas de A las dos en el abrevadero no nos hemos amedrentado por las circunstancias.Se han dejado los coches en los Tubos y desde ahí hemos ascendido hasta el nacimiento, donde el agua manaba como suele ser habitual en esta época del año y después de unos días de lluvia. Los buitres han ido volando por encima de nuestras cabezas y se han posado justo encima del manantial llamando la atención de todos los que estábamos allí. A partir de ahí hemos pasado por el cortijo del Peral, el barranco Marfil y enseguida nos hemos adentrado en el barranco de la Osa. 
Sendero del nacimiento del río Castril

Por la baranda que protege el sendero hemos llegado a la misteriosa gruta que habrá albergado a numerosos pastores en esta fría sierra. Los duros escalones que marcan el sendero nos han llevado al tejo milenario, árbol emblemático de este parque natural. A partir de ahí ha empezado el calvario: la nieve se ha espesado y el sendero que teníamos que coger nos lo hemos saltado " a la torera" y nos hemos ido "risca a través"buscando la cima. Lo mismo usábamos los bastones que las manos, y cada uno ha ido subiendo como ha podido. Ha sido duro, bastante duro, pero se ha conseguido coronar el barranco. Las fotos, las bromas y el buen rollo de los andarines han dado muestra del buen nivel del grupo.Era el momento de reponer fuerzas, y la bota ha ayudado a recuperar temperatura. Desde ahí un ascender-descender nos ha llevado al cortijo de la Puerca ( la dueña sabrá porqué le llamaban así) y aunque en otra situación nos habríamos recreado en este paraje, hoy no era el momento, así que hemos iniciado ese infernal zig-zag, pendiente abajo con piedra suelta, donde los cuadriceps y las rodillas han tenido que dar lo mejor de sí. El grupo ha ido descendiendo poco a poco, dejando atrás un grupo de aragoneses con el que hemos compartido algunos momentos del camino. El puente que cruza el río nos ha puesto de nuevo en el sendero de vuelta a los Tubos, donde ha finalizado el recorrido después de ocho kilómetros infernales y cuatrocientos metros de ascenso y descenso acumulados. Tres horas y media de disfrute de la naturaleza que han tenido su recompensa en el bar de Emilio en Castril, con una "pepitoria" ricamente cocinada y gustosamente consumida por los fatigados caminantes.Una espléndida jornada que no olvidaremos por la dificultad, la climatología y el buen ambiente de A las dos en el abrevadero 
Inicio del Barranco de la Osa

Nieve en marzo
Tejo milenario

Rincón típico de Castril

Comentarios