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| Río Benéjar |
Cuando oigamos hablar del Castillo de la Caba, recordaremos el "repecho" que hay que salvar desde el centro de Aldeire a la cima donde se ubica esta fortaleza del S.XII que domina todo el paisaje del Marquesado. De esta forma tan brava empezó la mañana, y la verdad es que surgieron bastantes dudas sobre la viabilidad de la ruta, porque en un par de kilómetros de recorrido hemos invertido casi una hora, debido al desnivel que como he dicho había que superar.
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| Castillo de la Caba |
Después de más de trescientos metros de subida acumulada, hemos alcanzado un mirador situado en la carretera del Puerto de la Ragua desde el que se podía apreciar la inmensidad de Sierra Nevada. A partir de ahí el descenso ha sido toda una gozada,grandes masas de pino carrasco y los primeros álamos dorados nos han ido guiando hasta el río de Benéjar. Los castaños empiezan a aparecer y no dudamos en llenar nuestras mochilas con esta fruta otoñal. Las dimensiones de más de ciento diez árboles, según la información del lugar,llaman la atención de los caminantes que en buen número discurren por estos parajes. Algunos tienen casi diez metros de perímetro y hacen inevitable las fotos de los miembros de A las dos en el abrevadero rodeando los enormes troncos.Poco a poco hemos ido descendiendo hasta llegar al área recreativa de la Rosandrá, y desde ahí se han cubierto los últimos metros hasta llegar de nuevo a la localidad de Aldeire. Trece kilómetros de buenas sensaciones, la agradable y deseada incorporación de los andarines Encarnita y Manolo, y una excelente comida en el Hogar de Ferreira regada con frescas jarras de cerveza, han sido el colofón de jornada otoñal.
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