Rutas de A las dos en el abrevadero: Pinarillo- Cortijo del Tío Capote





Para los conocedores de la Sierra de Baza hablar del Pinarillo,Arredondo,Cortijo del Tío Capote o Floranes es hablar de parajes que les son conocidos,pero hay muchos bastetanos a los que esos lugares no les dicen nada  y por eso este pequeño comentario para animarles a visitarlos, y si es posible hacerlo en una época del año apropiada como ésta mucho mejor. Floranes es el inicio de varios senderos, uno va a Bastidas, otro va al Cortijo del Tío Capote y un tercero a Arredondo, y hoy nuestra ruta nos ha llevado por el segundo y tercero de ellos.  

Cortijo de Arredondo
    La intensa vegetación verde entre la que se mezclan los dorados de los chopos de ribera y el cielo azul de fondo, ha sido el cuadro con el que hemos disfrutado los andarines de A las dos en el abrevadero. El sendero descendente  nos ha llevado después de seis kilómetros a Arredondo, cortijo residencia de antiguos guardas forestales y que está situado en un enclave envidiable. Aprovecho la ocasión para hacer una crítica a los buscadores de setas irresponsables que en este magnífico entorno, no dudan en dejar cajas de madera, de plástico, botellas de vidrio, papeles y un largo etcétera de objetos que provocan toda clase de perjuicios a nuestro Parque Natural. Dicho esto y siguiendo con el relato, una vez que el grupo ha tomado un refrigerio hemos iniciado el ascenso al Cortijo del Pinarillo, otro lugar recóndito que reúne todas las condiciones para ser visitado, en él se puede apreciar la arquitectura tradicional, así como la típica era de pizarra, en la que se trillaba el cereal conseguido en las diminutas "paratas" y bancales, arrebatadas a estas inclinadas laderas. 


El descenso continúa llegando hasta el Arroyo Bodurria y tras cruzarlo, no sin dificultad, empieza lo duro de la ruta. Las ruinas del Cortijo de Tío Capote son lo primero que nos encontramos, observándolas podemos imaginar las duras condiciones en las que se desarrollaba la vida de nuestros queridos serranos. La distancia a las poblaciones más próximas y la precariedad de los accesos hace un poco más héroes a los antiguos pobladores de estos parajes. Así, con sensaciones buenas y menos buenas,terminan trece kilómetros de veredas y senderos superados hoy por  la docena de andarines de A las dos en el abrevadero.

Ruinas del Cortijo del Tío Capote



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