En esta ocasión no vamos a denominar a la ruta por un lugar, sino por un personaje, Don Pedro Álvarez Gutierrez. En 1800, este canónigo Maestrescuela de la Iglesia Colegial de Baza realizó excavaciones en la necrópolis ibérica del Cerro Largo y gracias a él se comenzó a proteger el Patrimonio Histórico Español. El informe del Museo Arqueológico Nacional " El patrimonio arqueológico en España en el siglo XIX: el impacto de las desamortizaciones" apunta que en el trabajo de D:Pedro Álvarez se pone de manifiesto "la preocupación por el método de excavación y la interpretación social que hizo de los conjuntos funerarios, se aproximan más a la concepción actual de la arqueología que a la anticuaria de su tiempo". Tres años después, el 6 de junio de 1803, se promulga la Real Cédula "por la que se aprueba y manda observar la instrucción formada por la Real Academia de la Historia sobre el modo de recoger conservar los monumentos antiguos que se descubran en el Reyno". Era la primera normativa legal para la protección del patrimonio arqueológico de España.
Las excavaciones de D. Pedro Álvarez fueron claves para entender el conocimiento de tres épocas importantes de la historia , Edad del Hierro, Época Romana y Edad Media. Su iniciativa de excavar un cementerio romano descubierto casualmente por el desarrollo de tareas agrícolas se puede considerar el inicio de la investigación arqueológica en la comarca. Anotó cada tumba y cada tesoro encontrado, distinguió entre las estructuras funerarias de los individuos más humildes hasta las de mayores riquezas.
D.Pedro Álvarez mantuvo correspondencia con el ministro ilustrado Mariano Luís de Urquijo y posiblemente estas anotaciones llegaron a manos del arqueólogo español Juan Cabré en el S. XX, y de él a D. Francisco Presedo, director de las excavaciones en la necrópolis del Cerro del Santuario que en el verano de 1971 dieron la luz a la escultura singular dle S.IV a.C. , nuestra Dama de Baza
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