RUTAS DE A LAS DOS EN EL ABREVADERO: CORTIJO DE GINÉS- BARRANCO DE LOS ARROYICOS

 




Inicio de la Falla de Baza 

Los andarines de A las dos en el Abrevadero estamos retomando la sana costumbre de recorrer los caminos de nuestra comarca los domingos por la mañana. En esta ocasión hemos abierto una nueva ruta, dura por la distancia pero muy atractiva por la variedad de paisajes y rincones que hemos descubierto 


Un ligero descanso en el Cortijo de Ginés

Subiendo por el Camino del Hinchar, entre Baza y Caniles, hemos ascendido por la dura rampa de Cuesta Bermeja y de por los Llanos del Chaparral hemos ido girando a la izquierda en dirección al Cortijo del Cortezuo. No llegamos hasta él y nos detenemos en el Cortijo de Ginés y de ahí hacia el Sureste en dirección al Cortijo del Ahorcado. Desde ahí tuvimos que recurrir a la intuición ( Camino más ancho ), pero se alargó más de la cuenta ante la falta de senderos que nos acortaran la distancia. Quizá gracias a ello llegamos a un paraje que nos impresionó a todos, puede ser el Barranco de los Arroyicos, aunque independientemente del nombre, la visión de las paredes verticales que se pueden apreciar y la variedad de materiales arcillosos y calizos componen una fotografía espectacular. 


Curiosidades geológicas del Barranco de los Arroyicos 


A la derecha, en el sentido de la marcha, se distinguía perfectamente lo que puede ser el inicio de la Falla de Baza con la superposición de materiales continentales y lacustres, con sus tonos rojos y blanquecinos respectivamente. Respecto a la fauna del lugar, tuvimos ocasión de ver en el Arroyo de Maclite algunos ejemplares de ciervos que nos se asustaron excesivamente ante nuestro paso, en realidad creo que nos sorprendimos nosotros más que ellos. 
A partir de ahí, la vuelta fue por los Llanos de la Atochaza, y dada la hora y el calor de los últimos días soleados de otoño hicieron que el cansancio apareciera, eso sí, después de dieciséis kilómetros. En definitiva una larga pero bonita etapa y muchos rincones que nos llamaron la atención y que nos obligan a volver para acabar de conocerlos. 




Un ejemplar de ciervo en el Arroyo de Maclite 


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